SESIÓN 1 La actualidad exige poner en común las experiencias que ciudades y regiones han tenido frente al inesperado impacto de la pandemia. Junto a los sistemas y trabajadores sanitarios, las instituciones de proximidad se han mantenido en primera línea, en contacto directo con las necesidades ciudadanas. Las experiencias de estos operadores civiles locales, resulta vital para entender los mecanismos y los fenómenos que esta crisis ha acarreado, así como sus agravantes; aportando claves sobre cómo superarla, pero también sobre cómo evitar que se repita.
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SESIÓN 2 Los agentes públicos y la sociedad civil han buscado a partir de la pandemia una mirada a la implantación de políticas de salud pública desde la base, integradoras y versátiles, sobre todo capaces de entender y entenderse con la ciudadanía y sus necesidades. Superar la miopía y la brecha entre la legislación y comunidades cada vez más diversas, autónomas y mutables es tan capital para enfrentar esta y futuras pandemias, como para formular visiones verdaderamente transformadoras del bienestar común.
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SESIÓN 3 La crisis sanitaria ha revelado que los mecanismos necesarios para dar una respuesta inmediata y coordinada no estaban tan articulados como se hubiera requerido. La diplomacia y la cooperación internacional operan en un espacio en el que los intereses públicos a menudo se enfrentan a los intereses particulares de múltiples agentes. La cuestión ambiental amenaza con convertirse en la principal fuente de inestabilidad internacional, en un futuro que ya llama a nuestra puerta. Por todo esto, parece evidente la necesidad de repensar la cooperación multilateral, para poder anticipar los desafíos del mañana.
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SESIÓN 4 La tecnología tiene un papel creciente en la formulación de soluciones innovadoras y eficientes para la gestión de la salud global; pero no está exenta de polémica debido, en ocasiones, a su instrumentalización por parte de regímenes de poder que administran poblaciones e individuos. Uno de los debates más urgentes hoy en día tiene que ver con la evaluación de oportunidades y riesgos que presentan las nuevas tecnologías como facilitadoras de circuitos o creadoras de sinergias; pero también con la necesidad de una regulación tecnológica que garantice que el manejo de una crisis como esta no se resuelve a costa de sacrificar derechos.
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SESIÓN 5 Pensar la ciudad pospandémica conlleva analizar políticas con potencial transformador que amplíen la participación ciudadana, reequilibrando las fuerzas que construyen y administran los espacios urbanos. Así como los planes de ordenamiento que, precisamente por ser diseñados en plena emergencia, ponen en el centro la resiliencia y la capacidad de nuestras ciudades, no solo para sobreponerse y reconstruirse tras el shock, sino para prepararse para “la próxima crisis” y fomentar principios que alienten la cohesión social.
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SESIÓN 6 Profundizando en nuestra interdependencia con el medioambiente, a la luz de las lecciones que ha dejado la pandemia, está la relación entre el campo y la ciudad: el abastecimiento de alimentos, el vínculo entre la movilidad humana y los niveles de contaminación en escenarios de confinamiento, la necesidad de reordenar el espacio o de revisar las dinámicas de consumo, matrices energéticas, mundo laboral y ocio. Del mismo modo que el calentamiento global se encuentra entre los grandes retos de la humanidad, la degradación de espacios urbanos y regionales son también transversales a las soluciones que necesitamos.
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SESIÓN DE CIERRE