Sería fácil pensar que hoy por hoy vivimos en un mundo que ha cambiado sin remedio, pero una mera vista atrás nos recordaría que antes de la llegada del coronavirus SARS-CoV-2 las perturbaciones geopolíticas, las disputas económicas y las tensiones sociales ya recorrían el planeta. El creciente activismo por la defensa y protección del medioambiente venía alertando sobre una crisis climática cada vez más palpable. Al mismo tiempo, una ciudadanía cada vez más consciente de los riesgos del desarrollo tecnológico desregulado alzaba la voz y reclamaba una transformación justa y segura, que no entrase en colisión con la esfera de las libertades individuales. Fenómenos que se daban en lo que hoy llamamos "vieja normalidad", y que ha sido el escenario de un sistema que provoca la naturalización de toda clase de desigualdades e injusticias, incluyendo la degradación acelerada del planeta.
La rápida y catastrófica expansión de la COVID-19 llegó a ese escenario sin previo aviso, poniendo de manifiesto no sólo el agotamiento de muchos sistemas sanitarios; sino también una multitud de imperfecciones en la coordinación internacional y en las distintas escalas gubernamentales. La pandemia ha conseguido destapar engranajes sociales y desnudar mecanismos de gestión, pero quizá lo más interesante sea la situación de tábula rasa que ha propiciado, abriendo un espacio a la creatividad y la solidaridad, gracias a la excepcionalidad de la misma coyuntura.
En este sentido, hemos sido testigos del afianzamiento de grandes monopolios especulativos, pero también de giros en la política económica de grandes países o regiones, de apuestas valientes desde administraciones que han sido capaces de vencer el cortoplacismo y, sobre todo, de una efervescencia de iniciativas ciudadanas que están reclamando en todo el mundo un nuevo contrato social con más derechos, adaptado al nuevo marco digital y tecnológico; un replanteamiento del modelo de estado, y políticas públicas capaces de priorizar las verdaderas necesidades colectivas. Contra todo pronóstico, quizás podamos tomar de esta crisis el impulso y el aliento que nos faltaban.
Common Action Forum (CAF) es una organización transnacional sin ánimo de lucro establecida en Madrid, España, desde 2015. Actúa como una red global, reuniendo a expertos en diferentes materias tanto emergentes como consagrados; incluyendo académicos, políticos, artistas, periodistas, activistas u otras personalidades destacadas de la sociedad civil.
La misión de CAF es establecer e impulsar plataformas independientes de cooperación, investigación, innovación y asesoría, para desarrollar soluciones alternativas y empoderar a los ciudadanos globales ante los desafíos de la actualidad: el auge de las políticas de ultraderecha, el incremento de la desigualdad económica, el impacto social de la tecnología, los límites ecológicos del planeta, etc.
Abogamos por el diseño colectivo de estrategias globales y nuevos marcos de trabajo que defiendan valores progresistas; y para ello convocamos anualmente el foro insignia de la organización (celebrado en México desde 2019) y el foro estratégico OCTAGON (Madrid), reuniendo a actores de relevancia internacional.
Los eventos de CAF son posibles gracias a la participación desinteresada de eminentes figuras de todo el mundo, por eso consagramos todos nuestros esfuerzos en promover redes de acción que trasciendan estos encuentros. Entre nuestros proyectos más recientes se encuentran el foro OCTAGON y la revista Metápolis que, al igual que CAF 2020, aspiran a ser espacios de encuentro e intercambio capaces de alumbrar ideas transformadoras.
CAF apoya proyectos a largo plazo como estrategia para desarrollar una plataforma sólida de ciudadanía digital e investigación; lo que también supone una oportunidad de construir relaciones de intercambio con numerosas organizaciones a nivel mundial. Entre estos proyectos se incluyen seminarios, colaboraciones académicas, iniciativas digitales y el magazine independiente metápolis.
Estas iniciativas se desarrollan gracias a la participación y/o el apoyo de Naciones Unidas, la Comisión Europea, el CSIC, la Universidad Carlos III de Madrid, European Alternatives, Google Labs, BBC News Labs, la Universidad Politécnica de Madrid o la Universidad Berkeley, entre otros. Presidida por el célebre periodista Wadah Khanfar, la organización cuenta con la participación de figuras de la talla del ex Canciller brasileño Celso Amorim, el constitucionalista argentino Eduardo Barcesat, la abogada internacional Renata Avila, el filósofo John Ralston Saul o el ex Secretario General de la OTAN, Javier Solana, entre otros muchos.
El estado de Chiapas, situado en la región sureste del país, alberga el pasado y futuro de México, conserva las virtudes de las culturas mesoamericanas (olmeca, maya y chiapaneca); impulsa el bienestar de los chiapanecos siempre con una visión objetiva del futuro, en un escenario natural de impresionante belleza y biodiversidad, rodeado de tesoros culturales, arquitectura histórica y artística, que enmarcan la calidez de su gente; considerado como una de las puertas más importantes hacia el mundo en una búsqueda constante de la consolidación de su internacionalización.